jueves, 10 de marzo de 2011

Punto de inflexión

Pasemos ahora a finales de 1991. Para entonces cursaba 3º de BUP. Ya comenté en mi entrada anterior que ya había abrazado la música rock en general. De todas formas, todavía no acababa de entrar en la música heavy y sus sucedáneos. En ese momento aún me parecía un tipo de música demasiado estridente y un poco carente de melodía, algo que normalmente exigía a una canción para que me pudiese gustar.

Entonces, el mundo del rock en general, aún era un poco sectario. Es decir, si eras punk no podías ser heavy y viceversa. Aún recuerdo que para definir a grupos como Bon Jovi, Cinderella o Poison, algunos utilizaban el término "heavy pastel", para diferenciarlo de los grupos "cañeros" como Metallica, Slayer o Megadeth. Afortunadamente todas esas tonterías estaban llegando a su fin gracias a la entrada en el mainstream del rock alternativo. Y ahí es dónde se produjo mi cruce de cables, shock mental, llámalo como quieras.

Volvemos pues al principio. Estaba un día en casa viendo la MTV y me encuentro con esto:


Sonará peliculero, pero no me podía creer lo que estaba escuchando. Enseguida quedé impactado, y al mismo tiempo confundido. Indudablemente se trataba de un tema con mucha fuerza, pero al mismo tiempo muy melódico, así que no sabía que pensar. Me preguntaba: ¿esto es heavy? Pero no podía ser, porque al mismo tiempo me sonaba popero. Tras ese día, tuve la oportunidad de ver este video por la tele en muchas ocasiones, y tan enganchado estaba que me compré su disco "Nevermind", que por cierto ya era el segundo, aunque dudo que por entonces muchos supieran que existía un primer disco.

Por supuesto el resto del disco también me pareció grande, y a partir de ese momento, los posibles prejuicios que hubiera tenido en el pasado desaparecieron para siempre y mi mente se abrió lo indecible en la música eliminando todas las barreras posibles. Tras este episodio me metí de lleno, entre otras cosas, en lo que se dio a conocer como el grunge, Pearl Jam, Soundgarden, Alice In Chains y demás, y jamás he vuelto a emitir juicios de valor sobre algo que no conociese a fondo, ni tampoco a categorizar la música. Para mí la música es buena o mala. Este es uno de mis discos preferidos de todos los tiempos y es fácil entender el motivo.

Como anécdota, me acuerdo que un capullo de clase me pidió que le dejase el disco, y jamás volví a verles, ni a él ni al disco. Por supuesto, me lo compraría de nuevo en el futuro, pero desde entonces no le dejo mis discos a cualquiera. Si este vulgar ratero lee esto, ¡espero que se pudra en el infierno!

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