domingo, 15 de mayo de 2011

Drums

Me gustan los baterías con cierta personalidad. Para mí, no es necesario que sea gente demasiado técnica, ya que valoro mucho más un estilo que los diferencie de los demás.

Por eso, mis tres baterías favoritos de la historia del rock son Ringo Starr de los Beatles, John Bonham de Led Zeppelin y Keith Moon de los Who. Lo cierto es que no sitúo a ninguno por encima del otro. Simplemente pienso que eran los músicos idóneos para sus respectivos grupos.

1) RINGO STARR

Este es el típico batería que trabaja al servicio de la canción. No solía complicarse la vida para nada y cometía muy pocos errores. El productor George Martin recordaba que podía contar con los dedos de una mano, las veces que habían tenido que repetir una toma por un error suyo. Como ejemplo voy a escoger el tema Rain (1966) de los Beatles, publicado originalmente como cara B del éxito Paperback Writer. El propio Ringo consideraba este tema como su mejor interpretación a la batería. Lo cierto es que es muy interesante escuchar la canción centrándose solo en la batería. Toda una lección.



2) JOHN BONHAM

Una auténtica bestia tocando la batería. Hay temas que uno diría que los interpreta con doble bombo, pero no es así. En directo, solía alargar ciertos temas, y había secciones que interpretaba simplemente machacando la batería con sus propias manos. Ejemplos de su maestría a la batería los hay a cientos, pero a mí siempre me ha parecido muy poderosa su interpretación de un tema aparentemente sencillo como Rock And Roll (1971), del famoso cuarto disco de Led Zeppelin. Un tipo único.



3) KEITH MOON

Quizá el menos técnico de los tres, pero a la vez el que tenía un estilo más personal. Cualquiera que haya visto un concierto de los Who de los 70 seguro que sabe a qué me refiero. El tema que nos ocupa, Won't Get Fooled Again, extraido de la obra maestra de los Who, Who's Next (1971), es testigo de una de sus mejores interpretaciones. Mira que es largo el tema, pero a mí me sigue pareciendo bestial y excitante desde el primer segundo.



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